La imposición del impuesto al sol del anterior gobierno en España, provocó un retraso muy importante en la evolución energética de España hacia el uso de energía fotovoltaica para el autoconsumo.
En 2018, se eliminó este obstáculo de acceso, lo que permitió la rápida expansión de las instalaciones de módulos solares en España. Nos preguntamos las posibilidades que existen, si hay cambio de gobierno, de que esta perturbadora ley se imponga de nuevo.
El nombre oficial del impuesto al sol se conocía como cargo transitorio por energía autoconsumida. Este peaje se aprobó en el Real Decreto 900/2015 publicado el 09 de Octubre por el ministro José Manuel Soria López. Esta normativa regulaba las condiciones administrativas, técnicas y económicas de las instalaciones de autoconsumo.
El impuesto solar era un peaje de respaldo que se aplicaba a la energía producida por instalaciones fotovoltaicas. El usuario debía pagar los impuestos correspondientes por la electricidad generada por su sistema de autoconsumo solar. Lo que supuso un parón extraordinario en el autoconsumo Españo. Estaban exentos de este peaje, las instalaciones de autoconsumo aislado, las instalaciones de Canarias, Ceuta y Melilla o con menos de 10Kw de potencia en BT.
Teresa Ribera, anunció el 5 de octubre del 2018 el fin de este controvertido impuesto, también incluyó varias modificaciones para promover el uso de la energía solar en España. Al año siguiente, se aprobó el RD 244/2019, que simplificó bastante los procedimientos administrativos. La eliminación del impuesto al sol en España y las reformas recientes de la regulación generaron un aumento exponencial en las solicitudes de instalaciones para el autoconsumo.
Ahora que podemos enfrentarnos a un nuevo cambio de gobierno, es posible la instauración de un nuevo impuesto al sol? Creemos que podemos afirmar con certeza que es completamente inviable la instauración de un impuesto al sol en España en el año 2023. Esta afirmación se basa en una serie de factores que demuestran la inadecuación y el perjuicio que causaría una medida de este tipo en el contexto actual del país.
En primer lugar, es importante destacar que la energía solar ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, convirtiéndose en una fuente de energía clave para la transición hacia un sistema energético más sostenible. Imponer un impuesto al sol desincentivaría la inversión en este tipo de tecnologías y frenaría el desarrollo del sector, contrarrestando los esfuerzos para reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Aunque aún hay mucho por hacer, este marco normativo ha generado un entorno propicio para la inversión y ha incentivado la adopción de tecnologías solares en hogares y empresas.
Imponer un impuesto al sol iría en contra de la ley actual y socavaría la confianza de los inversores, frenando el desarrollo del sector.
Maribel Suárez, CEO Unicorgreen
Imponer un impuesto a esta fuente de energía verde enviaría un mensaje contradictorio y desalentaría los esfuerzos para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones establecidos en el Acuerdo de París. Europa nos daría un buen «tirón de orejas» a los españoles, siendo uno de proyectos prioritarios de la UE en los próximos diez años.
Además, es crucial considerar los efectos socioeconómicos de un impuesto al sol. En España, la implementación de la energía solar ha generado nuevas oportunidades laborales en el ámbito de las energías renovables. Si se impone un impuesto al sol, estos trabajos estarían en peligro y tendría un impacto negativo en la economía local y nacional. Muchas casas y negocios han instalado paneles solares para generar su propia electricidad y reducir sus costos energéticos. Este impuesto aumentaría la carga financiera de los usuarios y dificultaría su acceso a una energía más barata y sostenible.
Es importante mencionar que existen alternativas más efectivas para promover la equidad en el sistema eléctrico, como la implementación de mecanismos de compensación justa por la energía solar inyectada a la red. Estos mecanismos permiten que los usuarios que generan su propia energía solar puedan beneficiarse de la electricidad excedente que inyectan a la red, sin imponer cargas económicas adicionales.
En resumen, estamos seguros que la instauración de un nuevo impuesto al sol en España en el año 2023 sería inviable e inconveniente. Además de contravenir la ley española y frenar el desarrollo de las energías renovables, esta medida iría en contra de los esfuerzos para combatir el cambio climático, desaprovecharía el potencial solar del país y afectaría negativamente al empleo, la economía y la economía de los consumidores. En su lugar, es fundamental seguir fomentando la adopción de tecnologías energéticas sostenibles y promover medidas que impulsen la equidad y el desarrollo sostenible en el sector energético.
Todos los gobiernos, sean del color que sean, deberían estar de acuerdo en afianzar medidas más fáciles y sostenibles, queda mucho por hacer.
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